LA ESTUPIDEZ DE LOS RETRETES por Juan Mari Montes

Decía el genial Groucho Marx refiriéndose a la política que esta consistía en el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y a continuación aplicar unos cuántos remedios equivocados. Yo no sé si la formación de Ganemos en Salamanca, se ha despistado con alguna de las directrices de su franquicia de Podemos y allí donde decía Karl Marx entendieron Groucho Marx, pero mucho me temo que las peregrinas ocurrencias que están trascendiendo a los medios de comunicación de su forma de hacer esa oposición seria y rigurosa que uno esperaba que traerían para bien de todos a nuestro ayuntamiento, de momento se emparentan mucho más con esta célebre máxima de Groucho.

Es verdaderamente una estupidez, tal y como está el patio en nuestra ciudad, pensar que uno de los problemas que quita el sueño a los salmantinos es la idea de habilitar cuartos de baño mixtos en los edificios públicos, bares y restaurantes que no discriminen faldas ni pantalones, idea que propulsaban hace unas semanas. E igualmente resulta una notable chorrada esta otra con la que atacan más recientemente en la que intentan convencernos de la necesidad de instalar en todas las cabeceras de nuestras líneas de autobuses unos cuantos cuartos de baño en los que nuestros sufridos conductores de autobuses puedan aligerarse de líquidos y otros asuntos íntimos durante su jornada de trabajo. Como si alguien les prohibiese el paso a los servicios de los bares en los que suelen tomarse habitualmente su café al fin de la parada correspondiente. Es para mearse.

Si esta obsesión un poco escatológica de Ganemos con su ferviente defensa de los retretes unisex y ese mimo que ponen en la vigilancia de que a nuestros sufridos conductores de bus no les estalle de pronto la vejiga en alguna rotonda, resume el diagnóstico que están haciendo los concejales de Ganemos de nuestra realidad social, laboral o cultural más cercana, es que verdaderamente me temo que han asimilado con muy poco provecho ese mensaje tan saludable que caló de los indignados del 15 M, en el que ellos dicen inspirarse y que consistía básicamente en ofrecer una alternativa real a esa política alejada de la calle y los ciudadanos para acercarla a los verdaderos problemas de la gente normal que no se siente representada por nuestros actuales políticos.