lunes, 5 de septiembre de 2011

LA CUMBRE



A ver que tenemos por aquí: Pan integral elaborado en Estadilla, pan de hogaza elaborado en Fonz, pulguitas de chapata, aceites ecológicos de Costean, tomates ecológicos y de huerto, queso curado de oveja de Fonz, embutido artesanal de Latón de la Fueva, miel de flores de Abizanda de temporada, mermeladas caseras de varios sabores, bizcocho casero, rosquillas de anís, pastel de chocolate, zumos de naranja, zumos de fruta, cafés, infusiones. Sin ánimo de molestar a nadie, a mí me parece que no está mal para un frugal desayuno rústico de una escapada de fin de semana, pero manifiestamente inconsistente para conformar un buffet libre bien equilibrado para un hotel en el que se alojaran los más importantes mandatarios occidentales y en el que se tratará un tema tan dificultoso, denso e importante como el de aportar soluciones concretas para resolver el tema de la hambruna en el mundo.

Lo dicen todos los especialistas. Sin un buen desayuno –rico en fibra, vitaminas y minerales-, el rendimiento físico e intelectual de las personas baja ostensiblemente. Si nuestras señorías se presentan en la cumbre contra el hambre mal alimentados, estaremos exponiendo sus organismos a una serie de mecanismos que darán al traste con todos nuestros objetivos de erradicar el hambre en el mundo. ¿Han pensado, por ejemplo, en el descenso de la hormona insulina y el aumento de cortisol y catecolaminas?. También debemos mantener el nivel de la glucemia de nuestros máximos mandatarios en valores aceptables, si queremos que los países más pobres del mundo se lleven una alegría tras la cumbre. Una mala alimentación en el desayuno de nuestros líderes occidentales, es obvio que alteran y condicionan su conducta muy negativamente bajando extraordinariamente su nivel intelectual lo que traerá consecuencias irreparables a la hora de concentrarse pensando en medidas concretas y no digamos ya a la hora de redactar con buen tino las conclusiones tomadas en la cumbre.

Así que por favor, empecemos por ofrecerles a nuestros mandatarios reunidos contra el hambre mundial, un menú de buffet libre digno, adecuado y consistente, antes de ponernos a pensar en su menú del mediodía y posteriormente de la cena.

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