lunes, 5 de septiembre de 2011

16.325 NOCHES



En un anuncio publicitario en las últimas páginas de este periódico descubro este honorable y casi legendario aniversario: La sala Atenas Number One cumple 45 años.

Los publicitarios de la sala han estado dándole a la calculadora y en el mismo anuncio computan las noches de baile que se esconden tras la efeméride. Son realmente muchas noches de farra: 16.325. Toda una marea de salmantinos y salmantinas meneando el esqueleto al ritmo de su cabina desde aquella oscura dictadura a esta irreal democracia, desde el enrollado abuelito con patillas a la crack de la nieta con piersing en el ombligo, desde el inocente guateque al alevoso after, desde el pscodélico yeyé al tenebroso trance, desde los orgánicos Beatles a la recauchutada Lady Gagá, desde el fiero lingotazo de whisky a la sibilina coca acompañada con pastillitas de todos los colores. Casi medio siglo de obstinada resistencia cuando yo pensaba que la Atenas Number One había pasado a mejor vida hace muchos años, justo aquella noche que yo salí de allí por última vez, subiendo las escaleras notoriamente mareado con mi copita de más, tras sufrir la encomiable faena perpetrada por un olvidado vocalista de los años setenta sobre unas cutres bases de play back.

Así que habrá que celebrarlo. Ya no quedan en Salamanca y probablemente en ninguna otra ciudad, salas tan resistentes e imperecederas como Atenas Number One. Fueron cerrando todas, una a una, acribilladas a tiros como el gran Facundo Cabral por las modas juveniles, la decadencia, el signo de los tiempos, la crisis, el aburrimiento y las ganas de reciclarse del más empedernido de los noctámbulos. La Number Two (que no sé si sería María Sangrienta, Titán, Sargento Peppers…) y la Number Three (tal vez Hindagala o Limón y Menta) también duermen el sueño de los justos. Así que sí, al final, era cierto que Atenas era la Number One y con la nostalgia y los recuerdos de los viejos camareros, algún Dj, los guardias de seguridad, el encargado, los dueños o sus clientes, podríamos probablemente ir conformando la más fiel radiografía nocturna de esta ciudad. Muchas felicidades.

1 comentario:

  1. Mención especial se merecen Hindagala, Maria y el Sagento Peppers, aquellos que tuvimos la suerte de hacer "la ruta" seguro grabado a fuego permanece un nuestra alma. Gracias de Corazón a todos aquellos empresarios e integrantes staffs de estas piedras angulares de la noche, y de nuestras vidas. También un muy sentido pésame al recientemente fallecido Juan José Barrios Nuñez copropietario de la Discoteca Hindagala, junto con Teodoro Hoya García, al que desde aquí enviamos nuestros ánimos en su lucha diaria contra un reciente ictus. Grandes muy grandes , innovadores y visionarios empresarios a los que desde aquí quiero agradecer tantas noches inolvidables. GRACIAS . J.J.H.R.

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