OTRO MAYO

Llovía la noche del 19 de mayo. Con más de cincuenta tacos, sin perro, ni flauta, ni rastas, ahí estaba él, “gozosamente pleno y lleno de satisfacción”, sentado al borde de la fuente de Plaza España, el único indignado que se atrevió a unirse a la propuesta de la spanish revolution en Béjar. Sólo trajo un paraguas, su paquetito de Chester y un cartel con un hermosísimo mensaje: “Otro mayo es posible”.

La gente que circulaba flipaba en colores al verlo y lo inmortalizaba con la cámara del móvil. Ahí estuvo sentado aproximadamente tres horas, hasta que le dio la real gana de abrirse para casa. En el transcurso de ese tiempo de lluvia intermitente, apenas fue visitado por un par de chavalitas que se sentaron a darle carrete y tres eficientes maderos que muy amablemente le rogaron que se identificara, cosa que hizo con la misma amabilidad. Me refiero a Felipe Comendador, uno de mis escritores favoritos y todo esto que les cuento, lo pueden leer narrado con más gracia y mejor literatura por él mismo, en su blog de internet, “Diario de un savonarola”.

Ahora que el movimiento se diluye y agoniza, valoro el gesto y los arrestos de Felipe Comendador como el de todos estos chavales y no tan chavales que a pesar de los insultos y el desprecio que les han ido cayendo encima han sido capaces de colocar sobre la mesa algunos asuntos sobre los que las distintas formaciones políticas pareciera que tienen particular interés en ignorar: una serie interminable de políticos corruptos imputados en distintos delitos que se nos presentan sin complejo adscritos en las más diversas listas electorales, los tremendos privilegios inalcanzables para el resto de los ciudadanos que ha ido autotorgándose esta casta política cada vez más alejada de los intereses reales de la población y una distribución de la riqueza que en tiempos de crisis se hace cada vez más absolutamente insoportable y en la que únicamente salen ganando los mismos tiburones financieros de siempre. Expresado en palabras de Eduardo Galeano: “No vale la pena vivir para ganar, vale la pena vivir para seguir tu conciencia”.