LAS PROMESAS

He andado estos días recogiendo todo lo que me ofrecían por ahí tan alegremente. El caso es que ahora mismo tengo sobre la mesa una cantidad espectacular de maravillosas promesas que harán que no reconozca a Salamanca ni la madre que la parió. Todos sabemos que estas promesas nos llegan con la garantía de gente fiable cien por cien, gente seria y responsable, éticamente irreprochable, con tanto sentido común como del deber. Ya saben, ese tipo de gente generosa y entregada, que nos sonríe desde las vallas publicitarias jurándonos que jamás se atreverían a jugar con la ilusión de los ciudadanos prometiendo cosas que no pudieran cumplir.

Tengo para empezar varias piscinas climatizadas. También una milagrosa inyección para implantar el pleno empleo juvenil y frenar el alarmante éxodo que actualmente azota a nuestra ciudad. Y una unidad geriátrica. Y un tren de alta velocidad que unirá a Madrid con Portugal y viceversa, lógicamente. Tengo un tomógrafo, un parque tecnológico y cerca de tres mil becas universitarias para los estudios de postgrado. Y para los que quieran hartarse a dar pedales: tengo quince kilómetros más de carril bici.

Y sigo. Tengo por aquí un fantástico recorte del 25 % en el sueldo del próximo Alcalde, una disminución drástica del número de asesores externos y cargos de confianza y hasta un curiosísimo Consejo de Participación Ciudadana para cada una de las áreas del Gobierno municipal, donde los vecinos no solamente podrán opinar y proponer iniciativas sino lo que es más extraordinario, tomar decisiones propias. Para rematar tengo un buen montón de aparcamientos disuasorios, bien vigilados a las entradas de la ciudad, autobuses gratis para los menores de 14 y un par de docenas de guarderías para niños de 0 a 3 años a un precio más que asequible y en horarios compatibles con el empleo de papá y mamá. Como guinda, tengo un vale para reducir el abusón IBI un 40 %.

Lo que no me he preocupado es de clasificar quienes nos ofrecen cada una de estas maravillas. Léanse pues ustedes los programas detenidamente que yo ya he trabajado bastante.