miércoles, 15 de junio de 2011

LAS MENTIRAS



Lo cierto es que yo también pensaba que a estas alturas de la película y tan bien resguardado bajo mi armadura de desencanto y escepticismo era practicamente imposible que me hubiese tragado ni una sola mentira pero ya ven, ayer tarde me sentí indispuesto con un dolor terrible de estómago, bajé a urgencias, me hicieron un par de radiografías y ahí estaban todas ellas, bien juntas y revueltas dentro de mi estómago, chupándome la sangre como auténticas sanguijuelas.

Fíjese bien –me dijo el facultativo de guardia- poniendo la radiografía al trasluz, ¿Ve esta especie de algas enlazadas entre sí y adheridas en la pared superior del estómago?. Se ve que es usted un inocentón pues se las han colado a base de bien y de todos los colores. Y en efecto, ahí estaba esa especie de pelota formada por las más indecentes e increíbles trolas. Había mentiras de derechas y de izquierdas, de partidos mayoritarios y minoritarios, soltadas previo aviso en mítines o a traición en conexiones con los telediarios de alguna cadena televisiva, vía facebook o vía twiter, en las páginas de reflexión de los periódicos más imparciales e independientes o en diversas entrevistas realizadas en mis programas de radio favoritos. ¡Y yo que me creía más listo que nadie, a la hora de dilucidar lo que llegaba de boca honesta o deshonesta!

Tenemos dos alternativas -me siguió explicando el doctor aguafiestas- una más conservadora que consiste en que usted se tome vía oral unas cápsulas que me acaban de llegar recién importadas de países con democracias mucho más reales que la nuestra pero cuyos efectos secundarios aún no tenemos del todo controlados y otra segunda opción más traumática y radical que es la intervención quirúrgica con todos los riesgos que ello acarrea. Eso, o ya sabe, tratar de tirar para adelante con todas esas mentiras que le han colado a usted dentro de su organismo con tanto disparate sobre la inmediata solución de los graves problemas económicos y sociales que azotan a nuestro país. Así que aquí me tienen ustedes reflexionando a ver qué hago yo ahora. Por tonto.

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