martes, 19 de abril de 2011

DESACUERDO

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A usted obviamente le gusta el juego de mucho pase. Le vuelven loco esos ronditos eternos con los que los suyos se despliegan por todo el césped en forma de abanico como cola de pavo real. Le apasiona ese tiqui taca que madura la fruta a ritmo de vals vienés y que se desplaza en horizontal en busca de un hueco por el que trazar la diagonal perfecta y castigar el despiste defensivo. A usted le encanta que se adueñen del balón e hipnoticen al contrario con un ochenta por ciento de posesión. Y asegura que sin duda el buen juego consiste en esto que tanto le emociona al tiempo que compara a su equipo con las mejores escuadras que han existido jamás en toda la historia.

El caso es que a mí me aburre todo eso que a usted le apasiona con la misma intensidad que ocurre al contrario. Lo que me priva es el juego directo, vertical, eléctrico, llegar lo antes posible a portería exhibiendo un intenso ritmo de rock and roll. A veces pienso que deberían prohibir los pases para atrás, como sucede por ejemplo, en baloncesto donde la circunstancia se penaliza como falta y saca el equipo contrario. El pase no es un fin en sí mismo sino sólo el medio para lo que cuenta a efectos del marcador: el gol. El fútbol solo me parece espectacular cuando bastan tres paredes para alcanzar la portería contraria. Mi imagen favorita es la de una bandada de búfalos que roban, salen a toda velocidad hacia el área contraria y antes de tres combinaciones, el portero rival ya se encamina cabizbajo a la red para recoger el balón. A veces un centro desde la banda izquierda o derecha y un certero cabezazo a la escuadra marcando los tiempos.

Estamos, por tanto, en completo desacuerdo. Pero partamos de una buena noticia que desde luego la tenemos: Los dos estamos de acuerdo en que la lucha será apasionante. En solamente 18 días tendremos hasta cuatro partidos de esos que se llamaban en anteriores temporadas el partido del siglo. Disfrutémoslos y que gane el mejor.

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