martes, 19 de abril de 2011

IMPUTADOS

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En realidad, por mucho que nos distraigan con otros asuntos de menor interés, la noticia bestia y escandalosa de la actual política española, esa por la que merecería la pena salir a la calle pero para la que seguro no encontraríamos dirigentes políticos aptos para sostener la pancarta en la cabecera de la manifestación, es que en las próximas elecciones tendremos en las listas de candidatos, más de un centenar de imputados en distintas causas judiciales.

Y no. Que nadie se ponga a silbar mirando para otro lado, creyendo que con ellos no va la cosa. Cuando nos pongamos a repasar estas listas nos daremos cuenta de que los hay de todos los tamaños y colores, como en botica. Fulanos que militan en partidos de la derecha y menganos que militan en partidos de izquierda, tipos que veremos sonreír desde cualquier valla y que serán propuestos como alcaldes de grandes ciudades y tipos que incluso dicen las encuestas que presidirán importantes comunidades autónomas, pájaros con serios indicios de que estuvieron picoteando en la mierda de las grandes prevaricaciones urbanísticas y pájaros que se encargaban los trajes de su elegante plumaje con cargo a los presupuestos públicos, desde aspirantes a inhabilitación para ostentar cualquier cargo público hasta destacados opositores para pasarse una larga temporada en la cárcel.

Dentro de unos días, estos mismos fulanos, o en fin, quienes los proponen, los amparan, los abrazan muy efusivamente, o comparten listas con ellos, nos dirán que no ir a votar es de ser muy mal ciudadano. Y una mierda. ¿Cómo se puede votar a un partido político (sea el que sea este partido) que no es capaz de presentarnos una lista que a ciencia cierta nos ofrezca la certeza de que todos los candidatos contemplados en ella están limpios de cualquier tipo de sospecha? Más bien, yo diría, que mientras esto no suceda no ir a votar no es que sea de malos ciudadanos sino simplemente tener la seguridad de no contribuir con nuestro voto a un juego sucio y tramposo, que poco tiene que ver con las higiénicas normas que deben presidir una democracia.

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