lunes, 17 de enero de 2011

OZIL



Este verano estuve al borde de la depresión acompañada de un breve conato de locura en la que me ví pidiendo información para solicitar la nacionalidad turca, cuando en rueda de prensa apareció mi admirado Guti, escoltado por ese elegante aguafiestas de piquito de oro que es el señor Valdano, para anunciar su marcha al Besiktas. Aunque la noticia se había ido gestando poco a poco y suministrando por la prensa especializada como pequeñas cápsulas para ayudar a la digestión, eso no restó dramatismo a uno de esos momentos que dejan auténtica cicatriz en el corazón de un futbolero empedernido como un servidor: ése en el que su jugador preferido da las gracias al club cerrando una etapa de quince años llenándonos de magia las pupilas con sus imposibles pases al hueco, sus inverosímiles diagonales de escuadra y cartabón y sus milagrosos servicios a la causa del fútbol primoroso de estética factura.

Al verme tan abatido, mi chica que es tan cariñosa y sensible como ignorante en cuestiones futbolísticas y buena amiga de soltar en el momento preciso una tremenda batería de mentiras piadosas que me alegran la vida, me dijo: “No te preocupes, verás que pronto, viene otro Guti”. Pobrecita, pensé entonces, no sabe lo que dice. Pues fíjense, esta vez tenía razón.

Señores aquí esta Mesut Ozil, un chaval de tan sólo 22 años con ojos de tortuga crecido en Bulmke, humilde barrio de Gelserkinchen, que en el pasado mundial vistió la camiseta de la selección alemana y que gracias a Dios (o Florentino) ahora viste la del Real Madrid con el número 23 a la espalda. He aquí al nuevo Guti, pero mejorado con ciertos ribetes de la elegancia de Zidane, adornado con la caja de cambio de velocidades que exhibía Kaká cuando era Kaká y el empeine preciso y sedoso con el que el mismísimo Beckham las ponía en la frente del delantero centro desde cualquiera de las bandas. Es decir, resumiendo, puede que lo más grande que ha parido madre justo en la zona del volante interior, desde que tengo uso de razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario