martes, 2 de noviembre de 2010

LA RISA




En un reciente simposio sobre tumores cerebrales confesaba hace unos días el ex golfista Severiano Ballesteros la terapia con la que hoy entretiene sus días tras salir victorioso de esa prematura partidita de dados a vida o muerte que le propuso el destino: “Hago una dieta muy estricta, muchísima gimnasia, camino todos los días un mínimo de dos horas, descanso… y me río. Esta es la clave”. Acto seguido se puso a contar unos cuantos chistes. El primero de todos ellos, sobre bizcos.
No son exactamente mi especialidad los chistes sobre bizcos. Descartaría también la estricta dieta para la que no tengo voluntad y ese bárbaro ejercicio que propone el deportista para el que ya no conservo muchas fuerzas (me basta y sobra con el frontenis semanal y algún otro ejercicio de carácter más íntimo), pero quisiera sumarme con entusiasmo a esa otra cruzada que nos propone: la de la risa. Aquí tenemos la más saludable, democrática y popular medicina que pueda tomarse hoy día, incluso precisamente en estos tiempos perros que las circunstancias económicas, sociales o políticas tratan con tanto ahínco de robárnosla de la boca.
Aprendamos a reírnos con ganas de todo. En primer lugar de nosotros mismos y en segundo, por ejemplo, de todo aquello que cantaba Pablo Neruda en mi adolescencia por boca de Olga Manzano y Manuel Picón: de la noche, del día, de la luna, de este torpe muchacho que te ama. Convirtamos, como decía Peter Ustinov, el sonido de la risa en la música más civilizada que pueda emitirse en cualquier dial de este asqueroso mundo. Hagámonos fans del rock and roll de la risa. Sin efectos secundarios que se conozcan, la risa es el tranquilizante más eficaz del que disponemos y por cierto, también una forma maravillosa de acercarnos y relacionarnos con los demás (lloramos en soledad, nos reímos en compañía). Y olvidémonos, aunque sólo sea unos minutos al día, de todos estos agoreros apologistas de la pena y la rabia que tan de moda se han puesto tomando tertulias y páginas de periódicos para anunciarnos los más terribles seísmos y catástrofes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario