jueves, 1 de julio de 2010

UN CUENTO



A ver si soy capaz de explicarme, que no es fácil. Resulta que como el asesor nombrado a dedo no se le colocó ahí por su extraordinaria desenvoltura para asesorar con alguna competencia, sino como pago a ciertos favores de fidelidad política, surgió la necesidad de nombrar a otro asesor a dedo para que asesorase al primero ya que éste, sin ánimo de ofender a nadie, era un completo inútil en cualquier materia que no fuera gastarse una pasta gansa en ciertos locales recreativos. Lamentablemente este segundo asesor nombrado a dedo que supuestamente debía asesorar al primer asesor tampoco es que fuera muy experto en el asunto sino un simple amigo de la infancia del alto cargo que lo nombraba, con lo cual a duras penas podía asesorar al primero por mucha voluntad que pusiese. Total, que finalmente hubo que nombrar a un tercer asesor a dedo, hermano pequeño del cuñado de un vice, para que supiese como debía asesorar al anterior y de esta forma el anterior se pusiese un poco las pilas y diese las pautas adecuadas para que el primer asesor al menos comprendiese las líneas básicas del cometido para el que figuraba oficialmente que había sido nombrado.
El problema es que el primer asesor nombrado a dedo era bastante orgulloso y no aceptaba que hubieran nombrado a un segundo asesor tan inexperto para asesorarle. Por su parte el segundo asesor tampoco es que llevara precisamente bien que lo hubieran puesto a asesorar a un completo inútil en una materia para la que en realidad él tampoco estaba especialmente motivado. Esto empezó a provocarle ciertos ataques de ansiedad que finalmente desembocarían en una indefinida baja médica. A consecuencia de ello, aunque el primer asesor nombrado a dedo respiro aliviado al verse libre de la presión del segundo asesor nombrado a dedo, resulta que el tercer asesor se quedaba en una especie de limbo laboral, que aunque bien retribuido no dejaba de resultarle incómodo antes las miradas un poco asesinas del resto de asesores y empleados públicos. Y de momento, así están las cosas en la oficina.

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