martes, 1 de junio de 2010

EL BESO




Lo tenemos claro en Sudáfrica. Acabo de leer en el Marca que David Bisbal ha besado el trofeo que se entregará al campeón. Todo el trabajo de la selección española a la basura sólo porque nadie había advertido al ricitos de oro que trae mal fario darle un piquito a la copa antes de tiempo. Con lo mucho que prometía esta extraordinaria generación de futbolistas. No sé a quién se le ocurre contratar a Bisbal para amenizar estos actos. ¿No recuerdan que también participó en los previos en los que Madrid se postulaba como sede olímpica? Este fulano ya era gafe antes de manchar de babas este trofeo. Es preciso que alguien se ocupe de atarlo y amordazarlo cuando alimentemos sueños deportivos. Y si luego lo desata pero le deja la mordaza para que no nos de tanto la paliza cantando, personalmente lo agradezco.
Necesito relajarme por eso me chuto prensa deportiva. Y de ahí paso a la del corazón. Esta semana trae novedades con respecto a mi personaje favorito: Jaime Martínez Bordiú. Qué travieso el nieto del señor representado en el medallón más famoso de nuestra plaza. Pistolas, cocaína, maltratos. Entrados en materia, si me saturo de las revistas del corazón, paso a la novela negra. Y de ahí al manga japonés.
Supongo que ya se harán cargo de mi plan. Efectivamente. En mis ratos libres trato de huir de la realidad aunque sólo sea un par de semanas. Lamentablemente la realidad me persigue. Esta realidad de peticiones de dimisión a un Gobierno que en efecto lo está haciendo en demasiados aspectos rematadamente mal. Esta realidad que nos propone como alternativa a una peña que no es que lo este haciendo mal, sino que directamente algunos de sus destacados miembros están embadurnados en feos asuntos de corrupción. Esta realidad, en la que tanto a unos como otros, se les ve tanto el plumero de conservar o alzarse con el poder independientemente del bien común. Esta realidad, poblada por los políticos más ineptos e interesados de los últimos 30 años. Lo ven. Otra vez de mala leche. Por favor, el Marca.

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