miércoles, 10 de febrero de 2010

A DIARIO




Son pequeños artilugios manipulables con una sola mano que disponen de una matriz de botones para ajustar distintos valores como el color o el volumen. La mayoría de estos controles remotos se comunican con sus respectivos televisores vía señales de infrarrojos. Su fuente de energía suelen ser pequeñas pilas y en general, si no lo encuentran, estará ahí en el sofá: Debajo de su propio culo. Les estoy hablando de un aparato llamado mando a distancia: Ese objeto tan desconocido para tantísima gente que esta semana ha puesto el grito en el cielo tras el anuncio de que tendremos fútbol a diario. Utilicen ustedes ese maravilloso invento para cambiar de canal o para apagar el televisor y ponerse, por ejemplo, a leer tratados filosóficos, poesía modernista o voluminosas enciclopedias, pero por favor, déjennos disfrutar con este apasionante juego y no den la brasa. Y si el fútbol nos embrutece, nos anestesia, nos droga hasta hacernos olvidar los problemas realmente importantes, no se preocupen por nosotros: asumiremos el riesgo.
Me recuerda mucho este debate a aquel otro de los obispos con los matrimonios homosexuales. Parecía que a partir de su regulación por parte del Gobierno, la conferencia episcopal quisiera convencernos de que nos iban a obligar a todos a transitar por la acera de enfrente y a introducirnos en la próxima esquina en dependencias municipales para contraer matrimonio con alguien de nuestro mismo sexo. Luego vimos que estaban equivocados: sólo se casarían los homosexuales que lo desearon. Igual será con el fútbol. No entrarán cada noche en nuestras casas las fuerzas del orden para atarnos en una silla y colocarnos ante un televisor conectado con el partido de la jornada. Se lo aseguro.
Particularmente estoy encantado con que me administren fútbol por un tubo. ¿Acaso no comemos todos los días pan y bebemos agua sin que eso sirva para empacharnos? Puede que sólo sea un intrascendente juego de 22 tipos en calzón corto pateando un balón, pero me gusta. Me gusta muchísimo. Y si el Madrid aparece siempre con un sólo pivote y cuatro creativos por delante, muchísimo mejor.






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