
De pronto a la Junta le da un ataque imprevisto de generosidad hacia Salamanca y le concede la partida más alta de la comunidad para la instalación de alarmas en nuestros templos tratando de salvaguardar su patrimonio de esos mercenarios bandidos de película que al parecer siguen moviéndose como peces en el agua por el clandestino mercado de obras de arte chorizadas. Serán 34.000 euros, de los cuales Ciudad Rodrigo, se especifica, se llevará la mejor parte. Curioso.
Supongo que sólo es porque uno se siente susceptible ante las imprevistas dádivas acordadas en los nobles despachos, pero me estaba preguntando si esta limosnita que la Junta deja en los cepillos eclesiásticos salmantinos no tendrá nada que ver con tratar de lavar algún pellizco de mala conciencia en su más que dudoso interés por defender que El Calvario de Juan de Juni regrese a Ciudad Rodrigo, centro histórico desde el 94 y la localidad para la que el artista esculpió esta obra en 1556. Recordemos que aunque el Presidente de la Junta se haya pronunciado en alguna visita a Salamanca a favor de la devolución del grupo escultórico de Juan de Juni a Ciudad Rodrigo, como en su día también prometió el Ministerio de Cultura, lo cierto es que el Patronato, del que la Junta forma parte, a la hora de la verdad, mantiene que El Calvario quede expuesto en el museo de Valladolid desechando la opción de devolverlo al Palacio de los Águila de Ciudad Rodrigo. En fin, tal vez me equivoque y sea simple coincidencia de dos hechos aislados que conciernen al patrimonio artístico que albergan nuestros conventos e iglesias.
Aún así, uno no puede menos de imaginarse a sus paisanos mirobriguenses pidiendo que por favor, junto a las alarmas para localizar a los habituales rateros que fuerzan con nocturnidad puertas y ventanas de templos y sacristías, también sería interesante instalar otras alarmas más sofisticadas y modernas capaces de detectar las verdaderas intenciones e hipocresía de esos otros fulanos disfrazados de gente honrada y respetable que ahora les privan de tener en su ciudad las esculturas que tanto histórica como sentimentalmente les pertenecen.
Publicado originalmente en La Gaceta el 12 de enero de 2010
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