martes, 24 de noviembre de 2009

EL PARTIDO



Ya sólo quedan cinco días para chuparnos otro partido del siglo. El equipo que el año pasado ganó copa del Rey, liga y copa de Europa se enfrentará al equipo que este año ganará la liga y la copa de Europa. Es decir, que el domingo alcanzaremos por fin ese punto de inflexión en el que el juego del Barça, que hasta ahora ha venido rozando la excelencia, comience a resultar previsible, aburrido y poco efectivo mientras que el juego del Real Madrid, que hasta la fecha ha naufragado en el desorden y la desgana comience a funcionar como una maquinaría perfectamente engrasada, vertiginosa e implacable. No sean incrédulos, háganme caso, que me estoy haciendo mayor y en consecuencia he visto mucho fútbol.
Verán como a partir del domingo Guardiola comienza a perder ese carisma de tipo inteligente y elegante al mismo tiempo que Manuel Pellegrini se convierte en el entrenador de moda por mucho que ahora nos parezca desorientado y espeso con tanta rotación y tanto cambio de táctica. Xavi, Puyol, Abidal, Márquez, o el tramposo Henry, comenzarán a bajar estrepitosamente su rendimiento y alguien nos dirá que se acerca un cambio de ciclo mientras repasa sus fechas de nacimiento. Otro escribirá sobre la insultante juventud de algunas de las estrellas del Real Madrid. La vuelta a los terrenos de juego de Cristiano Ronaldo y el ingreso de Messi en enfermería, servirán también para ir anotando que en realidad Messi, como está demostrando con la selección argentina, no está progresando adecuadamente mientras que Cristiano es el futbolista más desequilibrante del mundo. Al final, coincidiremos todos en que el excesivo peloteo de toques en horizontal propuesto como señas de identidad del Barça, no tienen nada que hacer ante la frescura, la velocidad y la contundencia de un equipo cómo el Real Madrid que tiene tan perfectamente claro donde queda la portería contraria.
Es decir, así es la vida: una tremenda montaña rusa donde todo lo que sube baja y lo que hoy parece oro mañana será pura hojalata. Y viceversa. Nos guste o disguste, preparémonos para la alternancia. Son las leyes del juego.


PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA GACETA el 24 de noviembre de 2009

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