martes, 17 de noviembre de 2009

LA FUSIÓN


Considerando que la crisis les estaba azotando con especial sadismo, el aumento de los costes operativos, la caída de la demanda en sus respectivas empresas y la creciente presión de otros negocios que ofrecían las mismas prestaciones a coste más competitivo, hace un par de meses, mi vecina del quinto derecha y el vecino del segundo izquierdo, decidieron de mutuo acuerdo fusionarse.

La fusión, según comentó la portera del inmueble, comenzó a fraguarse con un intrascendente flirteo a fines del año pasado cuando ambos coincidían en el ascensor pero poco a poco fue tomando visos de viabilidad. Hoy, los dos vecinos, tienen alquilado un ático en las afueras donde se reúnen todas las tardes para tratar esos peliagudos detalles que acarrea la dificultosa operación. Recordemos que no solamente está en juego el futuro de los dos vecinos, sino el de otros sujetos que hasta la fecha habían vivido ajenos a las amenaza financiera que sobre ellos se cernía. Nos referimos básicamente a los respectivos esposos, hijos, suegra de uno de ellos y a alguna mascota que desde entonces no hace más que ladrar por los pasillos durante la noche provocando un pertinaz insomnio en todo el edificio.

Aunque las negociaciones que entretienen a los protagonistas de la fusión son secretas, cada día nos despertamos con alguna que otra filtración que mezclada con los rumores de gente malvada no hacen más que intranquilizar a todo el mundo. Dónde estará la sede de la futura empresa, tendrán cabida en ella los antiguos moradores de los respectivos domicilios o se les ofrecerá un digno despido, hasta qué punto cederá uno en beneficio de otro, y otras cuestiones de índole más prosaica y doméstica son los principales puntos sobre los que se pronuncia el personal por los corrillos del barrio, siendo la clase política la que lleva la voz cantante. “No consentiremos una fusión que perjudique a la comunidad” ha dicho el Presidente de la misma con mucho fundamento. En fin, menudo plan nos espera, todo como consecuencia del nefasto ejemplo impartido por nuestras entidades regionales de ahorro. Les encanta complicarse y complicarnos la vida.


PUBLICADO EN LA GACETA EL DÍA 17 DE NOVIEMBRE DE 2009

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